Las aplicaciones del aluminio son muchas y muy diversas. Por eso, es un metal que ha ido ganando paulatinamente cada vez más popularidad. Hoy en día, el aluminio se encuentra presente en una gran diversidad de estructuras, de equipos, de herramientas e, incluso, forma parte de usos ornamentales y decorativos.
Pero ¿cuánto sabemos en realidad acerca del aluminio? En esta ocasión, nos interesa hablar acerca de las formas de unir piezas de aluminio entre sí. Los modos más frecuentes son: atornillando, soldando y pegando. Pero ¿el aluminio puede pegarse?
Para poder atornillar el aluminio, lo que se debe hacer es taladrar el metal. Para poder soldarlo, se requiere de más experiencia. Al mismo tiempo, no todos los materiales se pueden soldar entre sí, como puede ser, por ejemplo, el caso del aluminio con el plástico. No obstante, hay una ventaja: el aluminio puede pegarse sin problema alguno, especialmente debido a lo ligero de su peso. Se necesita un pegamento para dos componentes o un pegamento de construcción. En general, es un proceso que se recomienda sea llevado a cabo por profesionales y especialistas en el tema.
¿Cómo se pega el aluminio?
Ahora ya sabemos que el aluminio es un material que se puede pegar. Lo primero que se debe hacer es mantener el material perfectamente limpio, como así también todos los materiales que se vayan a utilizar. Una de las características fundamentales del aluminio tiene que ver con que este crea una capa protectora de óxido, que se vuelve a formar nuevamente tras haber sido retirada. Por lo tanto, la adhesión tiene lugar entre el pegamento y el óxido.
Se recomienda retirar mecánicamente la capa de óxido, con procesos como puede ser el esmerilado y el pulido. Esto, porque debido al proceso de fabricación, la capa es poco reactiva químicamente. Tras el mecanizado, se forma una capa fresca es sí es químicamente activa.
Otra cosa que se debe evitar es que se forme una película de grasa o que se generen partículas de suciedad en las superficies. Tras pulirlo, se puede usar acetona para limpiar la superficie. En caso de que sea posible, no se debe esperar más de 10 minutos para continuar con el mecanizado.
La superficie de las piezas que debe tener pegamento tiene que poder equiparar el tamaño de multiplicar por diez el grosor del material. por ejemplo, si nos encontramos con el caso de aluminio cuyo grosor es de 1 milímetro, se debe recubrir al menos un centímetro de superficie de pegado. En caso de que haya una mayor carga, la superficie de pegado debe adaptarse o aumentarse. En caso contrario, no será posible lograr una óptima adhesión.
Pese a estas formas, no obstante, es fundamental acudir a profesionales que trabajen el aluminio con frecuencia. Son estos los que lograrán dar con los resultados y acabados adecuados. Pero la respuesta a la pregunta principal es sí: el aluminio se puede pegar.