Las propiedades físicas del aluminio hacen que sea un metal muy usado por los seres humanos. Ello, desde haber sido descubierto en Dinamarca por parte de Hans Christian Oersted en 1825.
En la actualidad, este metal se emplea en una gran diversidad de usos. Se utiliza para contener medicamentos y alimentos a través de distintos tipos de recipientes, a la vez que se utiliza para herramientas, para utensilios de cocina y, también, para la construcción. Además, sus propiedades eléctricas lo convierten en un material por excelencia para tendidos eléctricos y para la industria aeronáutica y automotriz.
Para entender el uso del aluminio y su elección por sobre otros metales, es importante conocer el recorrido que hace este material. Por eso, a continuación, hablaremos acerca de los caminos que el aluminio recorre.
Los inicios: la bauxita
Lo que se conoce con el nombre de bauxita refiere al mineral del que proviene el aluminio. Para poder obtener el material del interior de este mineral se requiere de una gran cantidad de energía y de un proceso que, en la actualidad, es todavía muy costoso. Poder transportar la bauxita de su sitio de extracción también es algo que requiere de mucha energía. Además, produce una gran cantidad de gases de efecto invernadero.
Al ser un mineral, hay que decir que la bauxita no es un recurso renovable. No obstante, es cierto que el aluminio es aún uno de los materiales con mayor presencia en la corteza terrestre, por lo que sus reservas son todavía muy amplias.
Reutilización sin fin: el reciclado
Pese a los costos de su obtención, el reciclaje del aluminio es algo muy sencillo y que implica un costo muy bajo. En total, para poder reciclarlo, se necesita solamente un 5% de la energía que se utiliza al principio de su producción. Además, a lo largo del proceso de reciclado se produce solamente el 5% de dióxido de carbono, si se compara con la producción desde la materia prima. Este número se reduce más si se toma en cuenta el ciclo completo, desde la extracción de la mina al transporte a la planta de producción para comenzar.
El proceso de reciclado del aluminio evita el uso de nuevas materias primas. Esto no solamente mantiene intactas las reservas, sino que también conserva los recursos y protege la corteza terrestre de los procedimientos que se llevan a cabo en general para su obtención como materia prima.
El aluminio es un material que se puede reciclar indefinidamente sin perder sus propiedades. Eso genera menos basura en los rellenos sanitarios, lo que implica también una forma de cuidar el medio ambiente. De este modo, se evita que se contaminen los ríos, los lagos y los bosques, a la vez que se evita que los animales coman los desechos, lo que puede ser peligroso para su salud y que sucede con otros residuos de metales.
Se debe tener en cuenta que el aluminio tarda 500 años en biodegradarse. Esto da cuenta de sus beneficios con respecto a la construcción y a otros ambientes de la vida social. No obstante, reciclar solamente una lata ahorra un total de energía que equivale a 3 horas de televisión encendida.
Por todo lo mencionado con anterioridad, se considera que el aluminio es un metal que tiene enormes beneficios para el cuidado del medio ambiente. A su vez, se comprende que la etapa de reconstrucción o reciclaje del aluminio es mucho más sencilla, veloz y económica que la etapa de producción de este material. En este sentido, una vez que se atraviesa la etapa de extracción y producción inicial de este metal, su recorrido es mucho más sencillo y económico.