Lo que se conoce como metales no ferrosos hace referencia a todos los metales y aleaciones que, en su composición, no contienen hierro. Son metales en general blandos. Dentro de los más importantes, podemos encontrar el aluminio, el cobre, el estaño, el plomo, el manganeso, el níquel y el zinc, entre otros.
Principales metales no ferrosos y sus propiedades
Ciertamente, en el caso de los metales no ferrosos no es posible categorizar sus propiedades en términos generales. Por eso, es importante hablar de las propiedades particulares de cada uno de los metales no ferrosos más populares y con mayor producción en La Tierra.
El aluminio
Cuando se encuentra en su estado puro, el aluminio es un metal plateado-blanco y brillante. Se destaca por ser maleable y dúctil, pero sin por eso dejar de ser resistente. Pese a ser un metal de bajo peso (lo que aumenta sus aplicaciones en distintos ámbitos de la vida social y productiva) es un metal con mucha resistencia mecánica. Cuenta con una elevada conductividad térmica. Se extrae del mineral que se conoce como bauxita, por transformación primero en alúmina. Dicha transformación se logra a través de un proceso que se conoce como Bayer. Luego, pasa a ser el aluminio que conocemos a través de un proceso de electrólisis.
El zinc
El zinc es un metal blanco azulino. Es frágil cuando se encuentra a temperatura ambiente y es muy resistente a la corrosión en condiciones normales. No obstante, cuando entra en contacto con el aire húmedo, puede opacarse formándose una película de bicarbonatos básicos.
El cobre
El cobre es un metal rojizo que se reconoce especialmente por su muy alta conductividad eléctrica y térmica. Es maleable y dúctil en su estado puro. Cuando se encuentra en condiciones atmosféricas normales, es un metal resistente a la corrosión. No obstante, cuando está expuesto a la humedad, se descubre una capa verde que lo protege de posibles ataques. Es el material más usado desde hace mucho tiempo para la fabricación de cables eléctricos y otros componentes tanto eléctricos como electrónicos.
El plomo
Este metal gris es el más pesado dentro de los metales comunes. Tiene una muy alta plasticidad, lo que permite que se trabaje con facilidad en estado frío y no debe nunca estar en contacto con alimentos y bebidas puesto que puede ser tóxico. Se puede estirar por extrusión y laminarse. Tiene buena resistencia a la corrosión del ambiente y al ataque de ácidos.
El estaño
El estaño es un metal blanco o grisáceo, dúctil y maleable, con poca resistencia a la atracción. Se utiliza en particular aleado con plomo para soldadura blanda. También se puede usar para recubrir latas de acero, puesto que no es un material corrosivo y tampoco es tóxico.
El níquel
Este metal blanco es duro y se torna muy tenaz cuando entra en contacto con el carbono. Se torna maleable y se puede laminar. Es resistente a la corrosión atmosférica y logra gran resistencia a la oxidación cuando se alía con el hierro. Dichas aleaciones se emplean con frecuencia en joyas, en monedas y en otros artículos como pueden ser los intercambiadores de calor. La mayor parte de la producción de níquel se utiliza para fabricar acero inoxidable.
¿Cómo se clasifican los metales no ferrosos?
Podemos clasificar los metales no ferrosos en tres grandes categorías. Estas son: ultraligeros, ligeros y pesados.
Los no ferrosos ultraligeros
Son metales que tienen una densidad menor a 2 kg/dm cúbico. En esta categoría encontramos algunos metales tales como el magnesio y el berilio.
Los no ferrosos ligeros
Estos metales tienen una densidad comprendida entre los 2 kg y los 5 kg/dm cúbico. Encontramos en esta categoría metales como el aluminio y el titanio.
Los no ferrosos pesados
Finalmente, entendemos como no ferrosos pesados a los materiales que tienen una densidad igual o mayor a 5 kg/dm cúbico. En esta categoría hay metales como el cobre, el zinc, el estaño, el níquel, el plomo y el cobalto, entre otros.