Hoy en día, cada vez más personas y establecimientos se vuelven conscientes acerca de la importancia que tienen las ventanas de aluminio. No obstante, estas han ido viviendo una importante evolución a lo largo de la historia hasta llegar a ser como las conocemos en la actualidad.
Historia y evolución de las ventanas de aluminio
Pese a que hoy es un material que tenemos ya muy extendido, el proceso de refinamiento técnico es algo que tiene ya más de 500 años de historia. Se puede situar su comienzo en las marcas de madera que se hicieron populares en Holanda y en Gran Bretaña en el siglo XVII. Esto, pese a que en ese momento las ventanas con marco de metal todavía tenían muchos seguidores. Esas ventanas tenían un marco de hierro forjado que era llevado a cabo por arquitectos en artes y oficios.
No fue hasta 1855 que las ventanas con marco de metal empezaron a fabricarse en tamaños más grandes, pasando de esa manera a ser aplicadas en otros espacios. Entre esos espacios, se destacan especialmente las fábricas, las escuelas, los edificios de oficinas y los hospitales, entre otros. También, se empezó a popularizar el uso de ventanas más grandes en el ambiente doméstico, a partir del siglo XX. En ese punto, era el plomo el que más se erigía como el material por excelencia para la elaboración de las ventanas.
Alrededor del año 1940, se comenzaron a introducir las ventanas con un arco hecho en tubos de aluminio. Estos tubos eran ya usados en los aviones y conforme el material empezó a encontrarse con más frecuencia en el mercado, a estar más disponible, se fue allanando el camino para que esos marcos llegaran a un público mucho más amplio. Además, cabe añadir acá el rol del sellado de goma para el corte térmico y la introducción del doble acristalamiento, sucesos que pudieron hacer que este producto se terminara convirtiendo en algo verdaderamente popular, que encontró su auge especialmente en la década de los 90.
¿Cuáles son sus ventajas?
Hay que destacar que el aluminio es un elemento químico que se encuentra como los más comunes en la corteza terrestre. Este posee características fundamentales que son las que llevan a su uso cada vez más difundido. Entre estas, se destaca especialmente su buen reflejo de la radiación electromagnética, lo que termina afectando a dos aspectos clave en las ventanas, como son el térmico y el visible. Es una característica que lo convierte en uno de los elementos más usados por las empresas, para su uso y también para su aplicación en muchos espacios de la vida doméstica en las casas.
Pero hay otras características que permiten comprender el uso cada vez más difundido del aluminio para las ventanas. Entre estas, podemos mencionar la resistencia del material a la corrosión, su muy alta durabilidad, el bajo mantenimiento que necesita, su capacidad de adaptarse a la instalación y su fuerte aislamiento. Son todos elementos que forman parte de un conjunto ideal para su uso en ventanas.