El lacado de aluminio consiste en la aplicación electrostática de una pintura. Esta pintura aparece en polvo y se coloca sobre la superficie del material. Es, en otros términos, una de las formas de acabado del aluminio. Las pinturas que se usan para el lacado suelen ser resinas de poliuretano y de poliéster.
Beneficios del lacado de aluminio
Entre las ventajas de este acabado, podemos destacar en particular la gran resistencia que genera frente a los diversos agentes atmosféricos, los rayos UV y la corrosión. Además, existe una muy amplia diversidad de colores para este tipo de acabado.
En el proceso de este acabado, es posible usar dos tipos de plantas: la vertical y la horizontal. La elección de la planta dependerá de las necesidades de cada caso en particular y de las características propias que se quieran generar en el metal.
¿Cómo es el proceso de lacado de aluminio?
En el proceso industrial para esta terminación, es necesario seguir una serie de pasos. Si bien esto puede variar en algunos casos, los pasos suelen ser los siguientes.
El desengrasado
Lo primero que hay que hacer antes de proceder al lacado de aluminio es desengrasar el material. Esto se hace a través de un proceso de inmersión en u baño con productos que son alcalinos. Es un tratamiento similar al que se lleva a cabo en la primera fase del anodizado.
El aclarado
El siguiente paso es el aclarado. Este se realiza usando agua desmineralizada para la eliminación de los posibles sobrantes.
El decapado
El decapado se hace a través de la utilización de productos que son fuertemente alcalinos. Lo que se busca en esta etapa es la obtención de una superficie que resulte más uniforme en el material. También es un proceso como el que se observa en los acabados de aluminio con anodizado.
El neutralizado
Este proceso se efectúa también del mismo modo que en el acabado de anodizado de aluminio.
El cromatizado
El cromatizado consiste en realizar un tratamiento usando soluciones acuosas. Estas contienen iones hexavalentes de cromo aplicado para la creación de una capa protectora. Es la fase más importante en el procedimiento de lacado de aluminio. En esta etapa, el tiempo y la forma de aplicación determina el comportamiento del metal con respecto a la corrosión y a los agentes del medio ambiente a los que puede estar este expuesto. El perfil se sumerge en una solución de ácido crómico con estabilizantes. A lo que se apunta en esto es a transformar la superficie en cromato de zinc. Esto provoca una oxidación de manera controlada, creando una capa inerte de óxidos de cromo y de aluminio.
El lavado
Posteriormente al cromatizado, se realiza un proceso de lavado. Este se lleva adelante con agua desmineralizada y desionizada. Luego, se seca en horno para que los perfiles puedan llegar secos hacia el siguiente paso.
La pintura
Cuando los perfiles ya están limpios y secos de la forma en que se necesita, se llevan a cabina de pintura. Allí se pulverizan los perfiles con polvo de resina de poliéster. Las partículas pulverizadas se cargan eléctricamente por acción de un campo eléctrico positivo. Los perfiles de aluminio están conectados a tierra con un potencial negativo. Debido a esa situación, el polvo es atraído y se deposita sobre las superficies de los perfiles.
El endurecimiento
Finalmente, el endurecimiento del metal que se somete a un proceso de lacado, se hace a través de un proceso de termoendurecimiento. Esto es con un horno de polimerización. Cuando se aplica el polvo sobre los perfiles, estos van al horno. Allí se realiza el proceso con una temperatura de 200°C. El recorrido de estos perfiles por el interior del horno dura unos 30 minutos.